domingo, 11 de marzo de 2012

El Arte de la Pintura. Arte o negocio

Conjunción Copulativa,
Julieta González Blanco
(Arte Abstracto)
Como he dicho en otras ocasiones, la pintura es un arte que te hace el regalo de poder crear algo que ningún otro te permite, es más, te lo regala. La pintura te regala algo más que la satisfacción de poder pintar, te regala la satisfacción de poder crear la tercera dimensión, la profundidad, lo que te da sensación de realidad al observar un cuadro.
Estoy en contra de todas esas cantidades astronómicas de dinero que se dan por un lienzo embadurnado de pintura sin orden ni concierto. He podido ver cuadros en los que al colgarlos han dicho a la persona que lo estaba haciendo, que había que hacerlo al revés. No es que esté en contra de que los artistas creen lo que les venga en gana, que por otro lado no puedo, no debo y no quiero, pero lo realmente sangrante es cuando te venden un cuadro de arte abstracto, contemporáneo o conceptual y está el típico señor vendiéndote que la composición es perfecta. El color todavía, hay, pero el encaje, encuadre y composición, igual que yo les respeto, pido lo mismo, porque todas esas personas dicen que no se entiende de arte al llevarles la contraria de su opinión.
Premio Nacional de Artes Plásticas
en España, al Arte Conceptual
de Elena Asins (Arte Conceptual)
Entiendo que todo el mundo tiene que vivir, incluso del arte contemporáneo, pero que no nos vendan que el pintor estaba apático, triste o melancólico al crear la obra, porque eso solo lo sabe el que la hizo. Hay un reportaje que realizó un canal de TV en el que quedan al descubierto todos estos pseudo-entendidos en arte. Está enfocado acerca del Guggenheim de Bilbao, en el que un grupo de niños de una guardería pintan un cuadro. Bien, este cuadro le cuelgan, obviamente sin permiso del museo, y comienzan a preguntar a los visitantes del museo que les parece la obra. La gente mira una y otra vez, y comienza el espectáculo. El que no dice que es un pintor maduro, dice que es un alma atormentada, y todo esto enseñando las imágenes de los críos pintando el cuadro en un recuadro inferior del televisor. Había un señor de unos cincuenta y tantos años, con gafas redondas y el pelo todo canoso con coleta. La imagen de este señor era muy bohemia, pero resultó ser poco experto en cuestiones de arte al asegurar la madurez pictórica del pintor, (entre 3 y 6 años) tendrían los "artistas".
Con esto, ¿qué quiero decir? Que cada persona puede vender lo que quiera, pero que no nos lo vendan como algo artístico, porque eso lo hace cualquiera que tenga tiempo y ganas de gastarlo. Yo, personalmente llamo a estas personas que escriben libros a cerca del arte contemporáneo simplemente, "vende libros", por no llamarles "vende humo".
El 'Cristo, el varón
de los dolores',
por Bartolomé Esteban Murillo


http://www.elmundo.es/elmundo/2005/12/08/cultura/1134074431.html

http://arteyartistas.org/vendidas-en-la-historia/



Lo que es inexplicable es que se haya vendido un cuadro de Bartolomé Esteban Murillo por 3.651.144 Euros, el titulado "Cristo, el varón de los dolores", mientras se vendia un van Gogh por la friolera cifra de 24 millones de libras (28.711.200 Euros). Lo digo más que nada porque Murillo tiene, ofrece y demuestra oficio.
El primer enlace de la entrada dirije a la página dónde se encuentra el artículo del Murillo vendido, y el segundo enlace a las 25 pinturas más caras de la historia. Se podrían salvar dos de ellas, una de Tiziano y otra de Rubens, pero claro, no estamos hablando de pintores que aprendieron el arte de la pintura, sino maestros que crearon parte de ella.
Jardines de la Villa Medicis, por Velázquez

A eso es a lo que me refería, que los impresionistas y posteriores desarroyaron lo que los grandes maestros habían creado. Por poner un par de ejemplos de lo que digo, la pareja de los jardines de la Villa Médicis de Velázquez, de los cuales he subido uno, y el jardin de las delicias de Jeroen Anthoniszoon van Aeken, conocido como El Bosco.
En el cuadro de Velázquez podemos observar en el entramado de ramas la resolución impresionista de la luz a base de pinceladas sueltas, cargadas de materia, creando luces con empaste . Sin embargo, en el detalle del Jardín de las Delicias del Bosco, observamos un estilo que se adelanta en más de 450 años a Salvador Dalí en el estilo surrealista que le lanzó al olimpo de los pintores.
Detalle del Jardín de las Delicias,
por El Bosco

sábado, 10 de marzo de 2012

Mi chico Uro

Éste es el cuadro que pinté de mi niño Uro cuando se fué. No es que sea una obra pictórica grandiosa, pero sentimentalmente es la más grande, pues el cuadro contiene cenizas suyas.
No es por disculparme, pero el cuadro pierde por lo menos un 40% más que en vivo.
Lo que más me interesaba al pintarle en un principio era el parecido físico aparte de captar la parte psicológica de él, como no puede ser de otro modo en un pintor, y me tranquiliza saber que está conseguido en ambas cosas.
Al conocerle puedo decirlo con rotundidad, pues sus rasgos principales eran la tranquilidad a simple vista, pero físicamente estaba casi siempre con la lengua tal y como aparece en la pintura, así como la fuerza de su mirada que te atravesaba haciéndose querer.
En el cuadro aparce un huevo roto y vacío. Esto es así por un par de razones sencillas. En esta raza (Bulldog Inglés), es típico que desde cachorrillos los testículos les suban y les bajen a la bolsa escrotal, pudiendo tener los dos testículos en dicha bolsa y a los cinco minutos no tener ninguno. Más o menos al año se deben asentar en el escroto los dos testículos, de lo contrario pueden llegar a dar problemas de salud. Si se aloja en el abdomen debido al calor que hay en esa zona, puede llegar a convertirse en un tumor, pero el caso de Uro fue diferente, era un testículo inguinal, por consiguiente no era necesario operar. Como no tuvo que ser extirpado, tenía los dos pero uno escondido que no se le veía, de ahí que pinté el huevo delante de él, para que se viese el que en su cuerpo no se veía. Vacío, ¿por qué? Como cualquier perro de esta raza era muy comilón, de ahí que se encuentre así, es una metáfora de lo que mi niño comía, nunca le sobraba comida, siempre quería más.
En definitiva, dos rasgos muy personales suyos plasmados en una cosa tan sencilla como un huevo.
Esta es la explicación a lo que la gente me pregunta cuando ve un huevo roto y vacío en el cuadro.
La pintura te da la libertad que no tienes en la vida real, y tal como dijo Goya; "En pintura no existen reglas, lo único imprescindible es la libertad".